Según un estudio realizado por la asociación de empresas de la industria móvil GSMA y la Universidad de las Naciones Unidas, América Latina genera el 9% de los desechos electrónicos del planeta. En el mundo, la basura electrónica alcanzó las 40 mil kilotoneladas (cada una equivalente a 1.000 toneladas).
Dentro del estudio sobre la región también se encuentra nuestro país. Allí se establece que Ecuador está por debajo de las 75 kilotoneladas, junto a países como República Dominicana (57), Guatemala (55) Bolivia (45), Costa Rica (36), Paraguay (34), Uruguay (32) y Panamá (31).
Uno de los elementos que se encuentra dentro de este tipo de desechos son los residuos de teléfonos móviles. Dentro del total de la basura electrónica producida, los celulares representan menos del 0,5 %. Aunque es una cifra aparentemente mínima, es bueno tener en cuenta cómo afecta la mala disposición final de este tipo de artefactos y qué se puede hacer para desecharlos de forma responsable.
En el Ecuador en 2014, el INEC registró que, a escala nacional de 30.365 hogares encuestados el 61,14% depositó los residuos electrónicos a la basura común; mientras que el 6,6% los quemó; 23,43% guardó y 2,31% los destinó a un centro de acopio.
Un dato para tener en cuenta es que los desechos son categorizados como residuos cuando los equipos se están acercando al final de su vida útil y se encuentran rotos o desmantelados. Si son desechados por ser considerados obsoletos se los denomina Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) en desuso.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de las Naciones Unidas, con los móviles también se desechan otros componentes. Además, de los metales comúnmente conocidos, como aluminio, cobre, acero y los plásticos, otros metales pueden encontrarse en los teléfonos móviles, a veces en porcentajes muy pequeños.
Desde 2013 el MAE (Ministerio de Ambiente) ejecuta un plan para la recolección de celulares que cumplieron su vida útil. Según las cifras del MAE, la meta proyectada inicialmente para el cierre del 2014 contemplaba recuperar 190 000 celulares como expectativa mínima y la meta alcanzada fue de 279 019 unidades.
Una vez recolectados,” realiza un desensamblaje primario, luego de lo cual se procede a la exportación de sus partes y piezas para el reciclaje en otros países como Canadá o Bélgica, en el marco del Convenio de Basilea, el cual establece el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación a través de un tratado multilateral”, según el MAE.
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