ECOLOGÍA INDUSTRIAL – ¿QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA?
Ecología Industrial

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Cuando hablamos de Ecología Industrial se la puede considerar como un ecosistema, donde las empresas que producen residuos se pueden conectar con otras industrias que utilicen esa materia prima para transformarla en un nuevo recurso.

¿Cómo funciona y para qué sirve la ecología industrial?

La ecología industrial funciona de manera circular, de manera que cada eslabón de la cadena alimenta al siguiente y, una vez llega el último, el proceso vuelve a iniciarse. De esta forma los ecosistemas naturales se alimentan a sí mismos, utilizando los residuos industriales de una actividad para servir de materia prima para las siguientes. Así se consigue una reducción de materias primas exteriores, ya que el grueso principal procede de la reutilización de residuos de otra industria.

Ecología industrial: una tendencia que se está construyendo muy lentamente

La ecología industrial es un nuevo enfoque del diseño industrial de productos y procesos, así como de la definición de estrategias de manufactura sostenible.

Existen muchos casos exitosos de aplicaciones de ecología industrial. Algunos de ellos son la obtención de combustibles a partir de aceites usados o aguas residuales; el aprovechamiento de energía residual de una industria por otra; la calefacción (o refrigeración) y energía eléctrica a partir de residuos urbanos; la utilización de subproductos de una empresa en la línea de producción de otra; el reciclaje de materiales para un nuevo uso; la recuperación de materiales en estado de «hibernación», etc.

El objetivo de la ecología industrial es promover el desarrollo sustentable, a nivel global, regional y local. Busca el uso eficiente de los recursos, así como la mejora de la calidad de vida humana y ambiental. Sobre esto último es importante destacar que se propone reducir el impacto ambiental de los procesos industriales.

Ejemplo de Ecología industrial

Para hacernos una idea, una central eléctrica produce vapor como desperdicio. Sin embargo, este vapor se podría usar por la refinería de petróleo, que surte de gas tanto a la propia central eléctrica como a la fábrica de cartón. Además, la refinería produce azufre como desecho, pero que es la materia prima de la fábrica de ácido sulfúrico.

Al mismo tiempo, el calor sobrante producido por la central eléctrica se pueda usar para ofrecer un servicio de calefacción a los edificios de la ciudad.

En resumen, como se puede ver, se trata de un ecosistema industrial en el que todas las industrias están conectadas entre sí. Esto no significa que sean completamente autosuficientes, pero sí que reducen con creces tanto su dependencia de materias primas como de energía externa al usar los residuos de otras actividades en beneficio propio. El resultado, es un modelo industrial con un impacto ambiental mucho más bajo que los modelos tradicionales y que, además, redunda en beneficio de todos los agentes sociales y económicos implicados.

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